IV. La cita

- Buenas noches ¿que desea tomar? - pregunto el camarero Jalazo

- Jameson con hielo - respondío Kyle

- ¡Vaya! Un tipo clásico, una bebida terraquea, miraré en el almacen creo que tenemos alguna botella ahí detrás.

Kyle se sintió un poco más viejo de lo que le gustaría, se había aficionado al Jameson  en la academia de pilotos de larmada terraquea,  su capitan, un irlandes, la bebía y con el todo el escuadrón de pilotos.

Cuando el camarero le trajo el whisky espero a que el hielo se desrritiese mientras hacía un repaso de los últimos días.

Había sido una semana de locos: primero la orden de deshaucio que le obligaba a dejar su casa en menos de un mes. No es que hubiera sido una sorpresa, el edificio se caia a pedazos y ya estaba sobre aviso. Luego vino lo del despido y su expulsión del sindicato de detectives del sistema. Eso la verdad tampoco debería haberle pillado de imprevisto por que la última que había visto a su jefe le había llamado cabrón explotador y basura espacial.

Lo que si fue inesperado fue la carta, apareció debajo de su puerta como en una vieja película de espias con la diferencia de que estabamos en el s XXII . Existian miles de formas de hacerle llegar una información y escoger una carta resultaba cuando menos extraño. En el sobre una tarjeta con una escueta parrafo:

REUNASE CONMIGO EN EL CAFE TXZ’LZI A LAS 19:30
PAGARÉ BIEN Y SE QUE NO ESTÁ EN CONDICIONES DE PASAR
POR ALTO UNA OPORTUNIDAD COMO LA QUE LE OFRECERÉ

- Parece que su cita se retrasa - comento el camarero cuando le vió mirar por tercera vez el reloj, eran casi las 8 y nadie había llegado.

- ¿Kyle Haidt ? - preguntó una voz robótica su espalda

- El mismo - respondió Haidt mientras palpaba el buzzer A32 que llevaba en el bolsillo. Se giró con tranquilidad y pudo ver frente a el un droide informador clase II.

- Será mejor buscar un lugar más íntimo para hablar señor Haydt - dijo el droide mientras hacía una señal al camarero para pagar el whisky y pedir un reservado antigrabación y escuchas - Sigame por favor